Pues conozco a gente que jugando una hora al dia o así se saca un dinerillo, es cuestión de jugar a juegos donde la suerte no sea tan importante (texas hold´em no limit poker, por ejemplo).
Como todo, moderación.
Te levantas una mañana, es final de mes, un sábado. No estás muy seguro de lo que has soñado, algo turbio, sin consistencia pero inquietante. Te lavas la cara, la alzas y entonces la ves. El espejo lo dice todo, estás pálido, arrugado, los ojos encallados en unas abultadas ojeras como babosas impregnadas de tizón. Anoche ni siquiera saliste, e incluso te acostaste pronto, pero hoy has dormido hasta mucho más allá del amanecer. Y no lo sabes, no sabes qué sucede. Piensas, si consigo ganar algunas partidas quizá se me pase. Y sí, estas solo, sin mujer, ni vino, ni esperanza. Pero tienes una tarjeta de crédito, un ordenador y mucha sed. En la nevera queda un culo de cerveza macilenta, sin gas, ni cuerpo, ni brillo, pero aún así, te la bebes. Prendes un pitillo, le das a la máquina y empieza la historia.
PokerStars, PKR, PartyPoker, VirtuaPoker, Chinchón online, naipes de todos los colores y todo un mundo por delante al que abocarse. Porque existe un mundo más allá de las timbas caseras donde los pitillos proliferan y los tapetes son manteles de cocina. Yo metí mis 20 euros en el popular PKR, y los perdí. Pero fueron manos sin consistencia. El caso es que este es uno de los numerosos portales que se pueden encontrar para disfrute del jugador solitario en casa. Hay gente que se ha enriquecido, dicen. Otros que se mantienen viviendo exclusivamente del juego o se han costeado carreras o, sencillamente, lo utilizan como vicio inofensivo donde desembolsar ciertas cantidades mensuales. Aquí en España debe llevarse más el PokerStars por aquello de la tele, en PKR dar con un español en una mesa es improbable. Pero si no quieres jugar en un escenario completamente plano, parecido a esos juegos de cartas que incorpora Windows, y por el contrario prefieres un entorno virtual minuciosamente detallado con buena tecnología tridimensional recreando desde salas de casinos lujosos a terrazas en barecitos playeros, con un ritmo de juego casi real, y no la automatización de los otros, entonces entra en PKR y adéntrate en su universo. Esto no resolverá alguno de tus problemas, pero quién sabe, tal vez te cambie la jeta.
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LA MATANZA DEL TEXAS
Escrito el 12 Abril 2010.
Este fin de semana ha sido grande. He ganado tres euros y medio. Las partidas se dieron en una apartada casa del monte arzobispano en bucólica y total clandestinidad. Teníamos de todo, la tía que no paraba de preguntar quién iba ganando, la madre haciendo una paella, el cazador entrometido y jactancioso analizando cada mano a escopetazo limpio, aunque a parte de su cháchara ponzoñosa dijo algo interesante, – el que yo jugaba era mucho mas bonito, hombre claro! Tú si querías carta tenías que poner en la mesa, pum! Y se iba con full, con escalera, al final te llegabas a juntar en una mano que uno tenia un color, o las dobles parejas y otro un trío. Home claro, este es el de la tele! aquí, ves? Con una pareja ya van, esto es a, a matar -. Y de matanzas bien sabía este hombre que tenía una pierna protésica, una armería, la mirada crispada y una casa llena de cabezas de jabalíes y alces.
A qué se referiría con que el hold’em era un juego digamos, criminal? Era sin duda un apelativo curioso e interesante, así que presto me puse a indagar por bibliotecas de todo tipo, hemerotecas más tarde, discotecas aún más tarde, y finalmente mareando por Internet en casa di con la clave: las fuentes de información general son todas una mierda.
No recuerdo muy bien cómo aprendí a jugar a este juego, fue hace años, cuando los blinds no existían y los cigarros cotejaban las expectativas de las apuestas amontonándose sobre mesas encharcadas de cerveza. Al principio las marcas de los pitillos se distinguían por valores, entrar en una partida de categoría Camel-Lucky con Ducados Rubio era toda una putada para el ganador porque debido a la permisión de los asistentes con el fumador pobre, no era agradable arramblar con botes tan heterogéneos. Después ya daba igual, los cigarros eran cigarros y como tales a todos se les consideraba igual, fue la época de la decadencia. Esto se explica debido a la desvirtuación que un juego apodado ‘sin límite’ sufriera a causa del estancamiento con este tipo de apuestas. El lema ‘all in’ pasó a convertirse en un esmirriado ‘jolín’, ya a nadie le apetecía desplegar sus cajetillas de tabaco, las escasas partidas que se daban resultaban tediosas y descafeinadas, lo Light imperaba en el ambiente, Nixon vociferaba sobre su bomba y la prepotencia rusa faroleaba con la suya, los casinos se convirtieron en casas de acogida, y en definitiva, el espíritu que un día se alzó sobre las conciencias de tantos individuos predispuestos a la confrontación pacífica a manos de los naipes, se esfumó como una paloma en un concurso de colombaires.
Pero entonces llegó Antena 3 y el poker se puso de moda. Qué aliciente faltaba entonces? Sencillo, no? El de los paradigmas, es decir, los pobres admirando a los ricos. La historia de siempre. El dinero es como el sexo, cuando no lo tienes más crees que lo necesitas. Y en calidad de pobres esperanzados, un manantial de inexpertos jugadores resurgió para dar frondosidad a un juego que se encontraba en avanzado estado de descomposición cancerígena. La quimera del poker estaba al alza, y los destinos de miles de personas sentenciados. Así que se obviaron los pitillos, en los chinos empezaron a vender packs de poker con barajas semiprofesionales y fichas del mismo calibre. Uno puso cinco euros en la mesa y el resto le siguió, las partidas en las casas de los amigos empezaban proliferar, estaba naciendo la criminalización del póker.
Y todo esto es bien sencillo de explicar con un simple ejemplo comparativo. En el poker cubierto cada jugador posee en su mano cinco cartas. Si nadie ve lo que cada uno lleva las cavilaciones del jugador se centran prácticamente en su totalidad sobre la propia mano, lo que hace que la temeridad o seguridad al apostar sea enorme. Ahora bien, cuando un jugador posee sólo dos cartas en su mano y cinco son las que se muestran descubiertas para la validez de todos los jugadores, digamos que esas cartas sobre la mesa se convierten en el objetivo de todos y todos pasan a convertirse en pujantes de la misma fuente. Así, la incertidumbre se apodera del juego, que está supeditado a la osadía de los apostantes a la hora de involucrarse en las manos. Por eso el Texas Hold’em es un juego a matar. Porque se trata de romper la barrera de la indecisión, siendo cauto en la retaguardia y agresivo en el frente. Sólo asestando puñaladas precisas e inesperadas puede un jugador acabar con el resto de sus contrincantes. Jugadores como carneros cabeceando alrededor de un foco de batalla compuesto por cinco cartas. Sólo puede quedar uno, y el resto a la beneficencia. Salut y suerte.
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MIEDO Y ASCO EN EL EUROPEAN
Escrito el 30 Marzo 2010. Tags: european poker, jugadores, póker
Me encontraba sentado como de costumbre en el borde de la cama, cabizbajo y gacho. La fortuna en las apuestas no había corrido de mi parte, las latas de cerveza se amontonaban por todos lados, el reloj marcaba las doce del medio día, un día poderoso impregnado de rugiente sol que te hacía sentir aún más miserable; en esa semioscuridad acribillada de rayos que se colaban por el visillo de la cortina como afiladas y violentas dagas apunto de trepanarte con su cegadora luz. Entonces encendí el ordenador, calor sintético, las lucecitas empezaron a parpadear y decidí abrir la ventana dejando paso en mi habitación a la tormenta diurna. Crují los huesos desperezándome y abrí el correo:
“Su clasificación para la gran final del SnowFest mediante PokerStars ha sido procesada por nuestros administradores, enhorabuena y suerte.”
Pensé, no puede ser. Y me desperté.
El corazón me latía con gravedad, un sueño sugestivo, apenas recordaba nada de la noche anterior aunque las latas de cerveza seguían desperdigadas por todas partes, estaba claro, yo era un borracho perdedor que a dos días de la gran final del SnowFest, evento que debía cubrir para la redacción de un periódico suburbano virtual, aún no tenía claro si los calcetines los llevaba o no del revés.
Me azoré mucho, pensé en el suicidio, luego pensé en las tortitas de maíz, finalmente me detuve un instante y reflexioné sobre a donde me llevaban todo este tipo de pensamientos, así que fui a la nevera. Saqué la leche, abrí un paquete de Marbú Doradas y me puse a masticar como un chacal en aras de una brutal inanición. Tenía hambre.
Después de una ducha rápida, cepillarme los dientes y arrancarme varios pelos de la nariz, volví al dormitorio. Abrí el cajón de la mesita sin pensar ya en nada, sólo quería encontrar unos calzoncillos limpios, recordaba haber olvidado algo pero la cabeza me daba vueltas como una ruleta y la bolita de mi porvenir inmediato no se detenía nunca en ninguna casilla. Dios! Dos billetes de avión destino Salzburgo, Austria. Dos? Claro. Ella…
La llamaría, no lo haría? Sería una gran ocasión para, conocernos mejor? Dios, pensar en esos insignificantes matices opuestos a la más cruda verdad del hombre casi me daba nauseas. Conocernos mejor? Yo ya la conocía, ella me conocía a mí. Tenía su dirección y teléfono, no se dan datos así a un desconocido. Pero claro, había algo, esos ojos como corazones y párpados de trébol. Ese par de ases prominentes en el pecho, esas piernas delgadas y esbeltas que estilizaban a la perfección todo el rombo de su figura corpórea, su cuello fino como el tallo de una margarita, esas cosas, lo que se tiene y lo que se da. Lo que se pierde y lo que se gana, cuando lo que se obtiene es nada.
– Lora?
– Si?
– Soy Ted, qué tal?
– Sentada.
– Oh, bueno. Yo también estoy sentado.
– Muy bien Ted, y a qué se debe tu llamada?
– Los billetes para Austria, recuerdas?
– Oh sí, el snow ése…
– Es un evento increíble y de una emoción casi imposible de describir -salvo por Mahler- las mejores estrellas del poker internacional se sientan en sus mesas de tapiz inmaculado para despedazarse unos a otros como leones en celo. Es, el paroxismo de la competitividad!
– Ya…
– Ya? Oye, lo de Berlín fue un accidente, no nos pasó nada no?
– Un accidente dices? Ocho tíos enmascarados con metralletas se cuelan como pedro por su casa en un salón donde otros tantos están jugándose millonadas y sólo es un accidente? Más que la peligrosidad lo que me abochornó fue el ridículo.
– Bueno me iré solo.
– Sí, vete solo.
Y colgó. Será.. Pensé. Pues lo tenía claro si se pensaba que me iba a ir solo, al diablo con esa rígida y pretenciosa zorra, dije. Yo me iba a embarcar en el European Poker Tour al lado de la mejor compañía de la que al menos no sólo zalamerías podía esperar. Llamé a mi abogado:
– Riko?
– Ye Ted..
– Tengo dos billetes de avión para los Alpes esta noche.
– El Snow?
– Sí.
– Habrá que preparar las provisiones…
– Claro, pero hay que cubrir la noticia. NO OLVIDES la noticia.
– Claro claro, tu lleva tu libretita de apuntes y yo voy con el resto.
A lo que mi amigo se solía referir con ‘preparar las provisiones’ no era nada parecido a algo bueno. Una pitillera llena de cocaína, sesenta gramos de hachís pakistaní, éter, anfetaminas, un poco de hierba, dos huevos de opio y unas cortezas. Le gustaban las cortezas. Lo demás, la reserva que teníamos en el hotel Wofl nos lo proporcionaría con creces, cerveza. Éso y que al ir en primera clase gozáramos de inmunidad, nos daba unas expectativas del viaje bastante excitantes. Y porqué no decirlo, buenas.
El fue viaje raudo, el whisky del avión era suave pero hizo su labor y nos dio un rato de conversación trivial que terminó por animarnos y brindar. POR LA ROUSSO! Alzó él la voz. Hansen la demolería en un full a una carta y sin mirarle las tetas, murmuré yo. YO LA DEMOLERÍA A ELLA! Gritó de nuevo. Pues vamos AAALLLÁ, y contagiado por el entusiasmo de mi colega y el whisky francés del vuelo, grité, ÁBRETE SÉSAMO! Aunque no sé muy bien qué quise decir con eso.
En el hotel teníamos un Pontiac esperando, un taxi nos condujo a él.
– Me pareció ver un lindo gaatitooo..
Las drogas nos debían estar empezando a hacer efecto.
– Riko, no digas gilipolleces. Eso era un buitre.
– Sé lo que digo! No hay buitres en Austria.
– Claro que los hay, verás cuando lleguemos.
Y llegamos, el gran Alpine Palace Card Casino. Encendí un pitillo, le di las llaves al cochero que minuciosamente retiró nuestro vehículo, una gran alfombra roja se extendía a lo largo de toda la entrada principal, los fotógrafos y redactores de prensa se amontonaban por todas partes, las luces brillaban con fogosidad incandescente, una fogosidad que aún cobraba mayor resonancia en el reflejo sobre la inmensa cantidad de escarcha y nieve que anegaba la zona. Debíamos encontrarnos en un stand VIP con mi fotógrafo asignado por el periódico, un tal la Perla que llevaba allí desde el sábado, nosotros llegamos justo para la tercera fase eliminatoria de donde sólo 24 jugadores saldrían indemnes para disputarse el gran premio del viernes, mañana. Podría haber escrito un efusivo poemario sólo con las caras de todos aquellos individuos, desahuciados unos, compungidos los otros, aletargados todos, ebrios de triunfo los menos. Y allí estaba la Perla, en un saloncito modélico, con una pinta de bienaventurado que te daba que pensar sobre si realmente entendía o no de poker. Al vernos brincó de su asiento y corrió a saludarnos.
– Hey, ya estáis aquí! Os habéis perdido unas jornadas verdaderamente colosales. Los jugadores están extasiados, sólo quedan cien y vais a tener la gran ocasión de asistir a la tercera fase encauzada a la gran final de mañana. Un tal Allan Baekke está apuntando muy fuerte, viene de clasificarse online por PokerStars, pero el tío menea las fichas como si tuviese tentáculos por manos, fijaos bien, le salieron los ases de mano y no subió, su contrincante llevaba las QQ y le sube SÓLO a mil quinientos, claro, Allan se lo ve, pero no aprovecha para resubir, en el floop salen DOS Q Y UN As!!!
Pero el éter ya nos estaba haciendo efecto, a diferencia de en las Vegas por esa maravillosa película de Terry Guilliam, aquí los borrachos no eran bienvenidos, mi abogado acabó vomitando sobre el tapete de una de las mesas finales, yo recuerdo que grité mucho y una avalancha policial se abalanzó sobre nosotros y fuimos reducidos al instante. Acabamos libres pero con un vuelo directo a Valencia en tercera, me desacreditaron para todas temporadas posibles por haber de cualquier evento PokerStars y en concreto el european. Yo llegué a casa en autobús, me detuve un instante a mirar las cañas del río, el viento era fresco, las colinas sesgadas invitaban a la reflexión después de haber irrumpido en la suntuosidad de los casinos más afamados de la historia. La noche me abrazaría recelosa de mi cuerpo y mi espíritu, puede que al despertar por la mañana todo hubiese sido un nuevo sueño y mi artículo sobre el european jamás haya podido ser concebido, quién sabe. Pero lo que sí está claro es que Allan Baekke ganó, aquel fotógrafo no debía tener tan mal juicio. Ahora sólo queda el vacío, la desidia y la ruina, el poker es así, dijo alguien una vez. Podéis tomarlo a mal o podéis tomarlo a bien, todo esto sólo es humo. Todo aquello sólo es paz.
Navedick, no te preocupes, pronto El listo inventará un copy-paste inteligente y se hará rico con la venta de esa idea, eso sí, tal vez Y SOLO TAL VEZ su página web empiece a tener telarañas, xD
Discussion (10) ¬
Deduzco que les debes una suma tan astronómica que te han obligado a hacerles una tira publicitaria.
Eso es venderse con elegancia, sí señor xD
Pues conozco a gente que jugando una hora al dia o así se saca un dinerillo, es cuestión de jugar a juegos donde la suerte no sea tan importante (texas hold´em no limit poker, por ejemplo).
Como todo, moderación.
Quién tuviese siempre un Rainman al lado para forrarse a las cartas…
the Kruch… en un casino on-line un poco mal para contar cartas ¿no? jajajajaja
MIEDO Y ASCO EN EL EUROPEAN
Te levantas una mañana, es final de mes, un sábado. No estás muy seguro de lo que has soñado, algo turbio, sin consistencia pero inquietante. Te lavas la cara, la alzas y entonces la ves. El espejo lo dice todo, estás pálido, arrugado, los ojos encallados en unas abultadas ojeras como babosas impregnadas de tizón. Anoche ni siquiera saliste, e incluso te acostaste pronto, pero hoy has dormido hasta mucho más allá del amanecer. Y no lo sabes, no sabes qué sucede. Piensas, si consigo ganar algunas partidas quizá se me pase. Y sí, estas solo, sin mujer, ni vino, ni esperanza. Pero tienes una tarjeta de crédito, un ordenador y mucha sed. En la nevera queda un culo de cerveza macilenta, sin gas, ni cuerpo, ni brillo, pero aún así, te la bebes. Prendes un pitillo, le das a la máquina y empieza la historia.
PokerStars, PKR, PartyPoker, VirtuaPoker, Chinchón online, naipes de todos los colores y todo un mundo por delante al que abocarse. Porque existe un mundo más allá de las timbas caseras donde los pitillos proliferan y los tapetes son manteles de cocina. Yo metí mis 20 euros en el popular PKR, y los perdí. Pero fueron manos sin consistencia. El caso es que este es uno de los numerosos portales que se pueden encontrar para disfrute del jugador solitario en casa. Hay gente que se ha enriquecido, dicen. Otros que se mantienen viviendo exclusivamente del juego o se han costeado carreras o, sencillamente, lo utilizan como vicio inofensivo donde desembolsar ciertas cantidades mensuales. Aquí en España debe llevarse más el PokerStars por aquello de la tele, en PKR dar con un español en una mesa es improbable. Pero si no quieres jugar en un escenario completamente plano, parecido a esos juegos de cartas que incorpora Windows, y por el contrario prefieres un entorno virtual minuciosamente detallado con buena tecnología tridimensional recreando desde salas de casinos lujosos a terrazas en barecitos playeros, con un ritmo de juego casi real, y no la automatización de los otros, entonces entra en PKR y adéntrate en su universo. Esto no resolverá alguno de tus problemas, pero quién sabe, tal vez te cambie la jeta.
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LA MATANZA DEL TEXAS
Escrito el 12 Abril 2010.
Este fin de semana ha sido grande. He ganado tres euros y medio. Las partidas se dieron en una apartada casa del monte arzobispano en bucólica y total clandestinidad. Teníamos de todo, la tía que no paraba de preguntar quién iba ganando, la madre haciendo una paella, el cazador entrometido y jactancioso analizando cada mano a escopetazo limpio, aunque a parte de su cháchara ponzoñosa dijo algo interesante, – el que yo jugaba era mucho mas bonito, hombre claro! Tú si querías carta tenías que poner en la mesa, pum! Y se iba con full, con escalera, al final te llegabas a juntar en una mano que uno tenia un color, o las dobles parejas y otro un trío. Home claro, este es el de la tele! aquí, ves? Con una pareja ya van, esto es a, a matar -. Y de matanzas bien sabía este hombre que tenía una pierna protésica, una armería, la mirada crispada y una casa llena de cabezas de jabalíes y alces.
A qué se referiría con que el hold’em era un juego digamos, criminal? Era sin duda un apelativo curioso e interesante, así que presto me puse a indagar por bibliotecas de todo tipo, hemerotecas más tarde, discotecas aún más tarde, y finalmente mareando por Internet en casa di con la clave: las fuentes de información general son todas una mierda.
No recuerdo muy bien cómo aprendí a jugar a este juego, fue hace años, cuando los blinds no existían y los cigarros cotejaban las expectativas de las apuestas amontonándose sobre mesas encharcadas de cerveza. Al principio las marcas de los pitillos se distinguían por valores, entrar en una partida de categoría Camel-Lucky con Ducados Rubio era toda una putada para el ganador porque debido a la permisión de los asistentes con el fumador pobre, no era agradable arramblar con botes tan heterogéneos. Después ya daba igual, los cigarros eran cigarros y como tales a todos se les consideraba igual, fue la época de la decadencia. Esto se explica debido a la desvirtuación que un juego apodado ‘sin límite’ sufriera a causa del estancamiento con este tipo de apuestas. El lema ‘all in’ pasó a convertirse en un esmirriado ‘jolín’, ya a nadie le apetecía desplegar sus cajetillas de tabaco, las escasas partidas que se daban resultaban tediosas y descafeinadas, lo Light imperaba en el ambiente, Nixon vociferaba sobre su bomba y la prepotencia rusa faroleaba con la suya, los casinos se convirtieron en casas de acogida, y en definitiva, el espíritu que un día se alzó sobre las conciencias de tantos individuos predispuestos a la confrontación pacífica a manos de los naipes, se esfumó como una paloma en un concurso de colombaires.
Pero entonces llegó Antena 3 y el poker se puso de moda. Qué aliciente faltaba entonces? Sencillo, no? El de los paradigmas, es decir, los pobres admirando a los ricos. La historia de siempre. El dinero es como el sexo, cuando no lo tienes más crees que lo necesitas. Y en calidad de pobres esperanzados, un manantial de inexpertos jugadores resurgió para dar frondosidad a un juego que se encontraba en avanzado estado de descomposición cancerígena. La quimera del poker estaba al alza, y los destinos de miles de personas sentenciados. Así que se obviaron los pitillos, en los chinos empezaron a vender packs de poker con barajas semiprofesionales y fichas del mismo calibre. Uno puso cinco euros en la mesa y el resto le siguió, las partidas en las casas de los amigos empezaban proliferar, estaba naciendo la criminalización del póker.
Y todo esto es bien sencillo de explicar con un simple ejemplo comparativo. En el poker cubierto cada jugador posee en su mano cinco cartas. Si nadie ve lo que cada uno lleva las cavilaciones del jugador se centran prácticamente en su totalidad sobre la propia mano, lo que hace que la temeridad o seguridad al apostar sea enorme. Ahora bien, cuando un jugador posee sólo dos cartas en su mano y cinco son las que se muestran descubiertas para la validez de todos los jugadores, digamos que esas cartas sobre la mesa se convierten en el objetivo de todos y todos pasan a convertirse en pujantes de la misma fuente. Así, la incertidumbre se apodera del juego, que está supeditado a la osadía de los apostantes a la hora de involucrarse en las manos. Por eso el Texas Hold’em es un juego a matar. Porque se trata de romper la barrera de la indecisión, siendo cauto en la retaguardia y agresivo en el frente. Sólo asestando puñaladas precisas e inesperadas puede un jugador acabar con el resto de sus contrincantes. Jugadores como carneros cabeceando alrededor de un foco de batalla compuesto por cinco cartas. Sólo puede quedar uno, y el resto a la beneficencia. Salut y suerte.
Posted in Full House0 Comentarios
MIEDO Y ASCO EN EL EUROPEAN
Escrito el 30 Marzo 2010. Tags: european poker, jugadores, póker
Me encontraba sentado como de costumbre en el borde de la cama, cabizbajo y gacho. La fortuna en las apuestas no había corrido de mi parte, las latas de cerveza se amontonaban por todos lados, el reloj marcaba las doce del medio día, un día poderoso impregnado de rugiente sol que te hacía sentir aún más miserable; en esa semioscuridad acribillada de rayos que se colaban por el visillo de la cortina como afiladas y violentas dagas apunto de trepanarte con su cegadora luz. Entonces encendí el ordenador, calor sintético, las lucecitas empezaron a parpadear y decidí abrir la ventana dejando paso en mi habitación a la tormenta diurna. Crují los huesos desperezándome y abrí el correo:
“Su clasificación para la gran final del SnowFest mediante PokerStars ha sido procesada por nuestros administradores, enhorabuena y suerte.”
Pensé, no puede ser. Y me desperté.
El corazón me latía con gravedad, un sueño sugestivo, apenas recordaba nada de la noche anterior aunque las latas de cerveza seguían desperdigadas por todas partes, estaba claro, yo era un borracho perdedor que a dos días de la gran final del SnowFest, evento que debía cubrir para la redacción de un periódico suburbano virtual, aún no tenía claro si los calcetines los llevaba o no del revés.
Me azoré mucho, pensé en el suicidio, luego pensé en las tortitas de maíz, finalmente me detuve un instante y reflexioné sobre a donde me llevaban todo este tipo de pensamientos, así que fui a la nevera. Saqué la leche, abrí un paquete de Marbú Doradas y me puse a masticar como un chacal en aras de una brutal inanición. Tenía hambre.
Después de una ducha rápida, cepillarme los dientes y arrancarme varios pelos de la nariz, volví al dormitorio. Abrí el cajón de la mesita sin pensar ya en nada, sólo quería encontrar unos calzoncillos limpios, recordaba haber olvidado algo pero la cabeza me daba vueltas como una ruleta y la bolita de mi porvenir inmediato no se detenía nunca en ninguna casilla. Dios! Dos billetes de avión destino Salzburgo, Austria. Dos? Claro. Ella…
La llamaría, no lo haría? Sería una gran ocasión para, conocernos mejor? Dios, pensar en esos insignificantes matices opuestos a la más cruda verdad del hombre casi me daba nauseas. Conocernos mejor? Yo ya la conocía, ella me conocía a mí. Tenía su dirección y teléfono, no se dan datos así a un desconocido. Pero claro, había algo, esos ojos como corazones y párpados de trébol. Ese par de ases prominentes en el pecho, esas piernas delgadas y esbeltas que estilizaban a la perfección todo el rombo de su figura corpórea, su cuello fino como el tallo de una margarita, esas cosas, lo que se tiene y lo que se da. Lo que se pierde y lo que se gana, cuando lo que se obtiene es nada.
– Lora?
– Si?
– Soy Ted, qué tal?
– Sentada.
– Oh, bueno. Yo también estoy sentado.
– Muy bien Ted, y a qué se debe tu llamada?
– Los billetes para Austria, recuerdas?
– Oh sí, el snow ése…
– Es un evento increíble y de una emoción casi imposible de describir -salvo por Mahler- las mejores estrellas del poker internacional se sientan en sus mesas de tapiz inmaculado para despedazarse unos a otros como leones en celo. Es, el paroxismo de la competitividad!
– Ya…
– Ya? Oye, lo de Berlín fue un accidente, no nos pasó nada no?
– Un accidente dices? Ocho tíos enmascarados con metralletas se cuelan como pedro por su casa en un salón donde otros tantos están jugándose millonadas y sólo es un accidente? Más que la peligrosidad lo que me abochornó fue el ridículo.
– Bueno me iré solo.
– Sí, vete solo.
Y colgó. Será.. Pensé. Pues lo tenía claro si se pensaba que me iba a ir solo, al diablo con esa rígida y pretenciosa zorra, dije. Yo me iba a embarcar en el European Poker Tour al lado de la mejor compañía de la que al menos no sólo zalamerías podía esperar. Llamé a mi abogado:
– Riko?
– Ye Ted..
– Tengo dos billetes de avión para los Alpes esta noche.
– El Snow?
– Sí.
– Habrá que preparar las provisiones…
– Claro, pero hay que cubrir la noticia. NO OLVIDES la noticia.
– Claro claro, tu lleva tu libretita de apuntes y yo voy con el resto.
A lo que mi amigo se solía referir con ‘preparar las provisiones’ no era nada parecido a algo bueno. Una pitillera llena de cocaína, sesenta gramos de hachís pakistaní, éter, anfetaminas, un poco de hierba, dos huevos de opio y unas cortezas. Le gustaban las cortezas. Lo demás, la reserva que teníamos en el hotel Wofl nos lo proporcionaría con creces, cerveza. Éso y que al ir en primera clase gozáramos de inmunidad, nos daba unas expectativas del viaje bastante excitantes. Y porqué no decirlo, buenas.
El fue viaje raudo, el whisky del avión era suave pero hizo su labor y nos dio un rato de conversación trivial que terminó por animarnos y brindar. POR LA ROUSSO! Alzó él la voz. Hansen la demolería en un full a una carta y sin mirarle las tetas, murmuré yo. YO LA DEMOLERÍA A ELLA! Gritó de nuevo. Pues vamos AAALLLÁ, y contagiado por el entusiasmo de mi colega y el whisky francés del vuelo, grité, ÁBRETE SÉSAMO! Aunque no sé muy bien qué quise decir con eso.
En el hotel teníamos un Pontiac esperando, un taxi nos condujo a él.
– Me pareció ver un lindo gaatitooo..
Las drogas nos debían estar empezando a hacer efecto.
– Riko, no digas gilipolleces. Eso era un buitre.
– Sé lo que digo! No hay buitres en Austria.
– Claro que los hay, verás cuando lleguemos.
Y llegamos, el gran Alpine Palace Card Casino. Encendí un pitillo, le di las llaves al cochero que minuciosamente retiró nuestro vehículo, una gran alfombra roja se extendía a lo largo de toda la entrada principal, los fotógrafos y redactores de prensa se amontonaban por todas partes, las luces brillaban con fogosidad incandescente, una fogosidad que aún cobraba mayor resonancia en el reflejo sobre la inmensa cantidad de escarcha y nieve que anegaba la zona. Debíamos encontrarnos en un stand VIP con mi fotógrafo asignado por el periódico, un tal la Perla que llevaba allí desde el sábado, nosotros llegamos justo para la tercera fase eliminatoria de donde sólo 24 jugadores saldrían indemnes para disputarse el gran premio del viernes, mañana. Podría haber escrito un efusivo poemario sólo con las caras de todos aquellos individuos, desahuciados unos, compungidos los otros, aletargados todos, ebrios de triunfo los menos. Y allí estaba la Perla, en un saloncito modélico, con una pinta de bienaventurado que te daba que pensar sobre si realmente entendía o no de poker. Al vernos brincó de su asiento y corrió a saludarnos.
– Hey, ya estáis aquí! Os habéis perdido unas jornadas verdaderamente colosales. Los jugadores están extasiados, sólo quedan cien y vais a tener la gran ocasión de asistir a la tercera fase encauzada a la gran final de mañana. Un tal Allan Baekke está apuntando muy fuerte, viene de clasificarse online por PokerStars, pero el tío menea las fichas como si tuviese tentáculos por manos, fijaos bien, le salieron los ases de mano y no subió, su contrincante llevaba las QQ y le sube SÓLO a mil quinientos, claro, Allan se lo ve, pero no aprovecha para resubir, en el floop salen DOS Q Y UN As!!!
Pero el éter ya nos estaba haciendo efecto, a diferencia de en las Vegas por esa maravillosa película de Terry Guilliam, aquí los borrachos no eran bienvenidos, mi abogado acabó vomitando sobre el tapete de una de las mesas finales, yo recuerdo que grité mucho y una avalancha policial se abalanzó sobre nosotros y fuimos reducidos al instante. Acabamos libres pero con un vuelo directo a Valencia en tercera, me desacreditaron para todas temporadas posibles por haber de cualquier evento PokerStars y en concreto el european. Yo llegué a casa en autobús, me detuve un instante a mirar las cañas del río, el viento era fresco, las colinas sesgadas invitaban a la reflexión después de haber irrumpido en la suntuosidad de los casinos más afamados de la historia. La noche me abrazaría recelosa de mi cuerpo y mi espíritu, puede que al despertar por la mañana todo hubiese sido un nuevo sueño y mi artículo sobre el european jamás haya podido ser concebido, quién sabe. Pero lo que sí está claro es que Allan Baekke ganó, aquel fotógrafo no debía tener tan mal juicio. Ahora sólo queda el vacío, la desidia y la ruina, el poker es así, dijo alguien una vez. Podéis tomarlo a mal o podéis tomarlo a bien, todo esto sólo es humo. Todo aquello sólo es paz.
Es vuesto
vaya cagada, solo quería meter uno. lo siento por el desorden
Navedick, no te preocupes, pronto El listo inventará un copy-paste inteligente y se hará rico con la venta de esa idea, eso sí, tal vez Y SOLO TAL VEZ su página web empiece a tener telarañas, xD
A mi me dan penilla, los que creen que van a ganar.